martes, 25 de febrero de 2014

Agobio

Agobio


Esa sensación de constrictora prisa viperina.
Ese hijo impaciente del Estrés.
esa habitación deprimida de armonía en una tonalidad ceniza menor, donde el aire no es aire, sino infectado humo del escape tubo del bombeo taladreante del corazón.
Y en esa habitación se edifica una papirofléxica torre de Pisa que con cadenas de segundos te agarra y te bloquea.
Y la torre se desploma cual hoja de libro que contra tinieblas se golpea; y todo huye con bravo paso a las alcantarillas del temor, refugiándose en la plaza del toro intranquilo que amenaza con saltar la barrera de la calma que su pañuelo al viento ondea, hasta ponerse a bailar flamenco sobre tu cabeza.

Y el tablao de tu consciencia, arlequín dulce y triste, se asusta y desconsolado tiembla, porque mira la inmensa torre, sin ventana ni puerta, y vuelve la melena al escritorio, tintado de miles de colores que juegan a piedra, papel o tijera para pasar el mal rato un poco.
Y la agenda se presenta como el Tribunal de la Santa Inquisición con sus caperuzos de afilada sierra, arreglando los preparativos de la eterna noche que espera entre gemidos, sollozos y angustia plena.

Pasa uno, y pasará otro y aquel más lejano, y parecerá que el control no termina nunca, sísifa carrera de conocimientos que bregan por la posición primera.

Y cuando la luciérnaga artificial te sonría falsa anunciando que todo termina, una vez más la palabra impronunciable que empieza por A y termina con el prefijo de la vida ( porque de solo decirla se crece en su soberbia) presenta sus cartas sobre la mesa, ganándote la partida otra vez, dejándote sin blanca en la temporal cartera.

Y aunque su madre la Tensión siga  amamantándolo de mala ubre...

YO SOY UNA AGOBIADA FELIZ :)




1 comentario:

  1. Increíble forma de plasmar esa sensación con palabras, jeje.
    Levanta la vista de esos libros y vente conmigo de fiesta, así nos despejamos, jajajaja ;)

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