Hablar de la
sociedad actual es hablar de la sociedad en red. Esa sociedad que vive en un
sinvivir por cuidar de su mascota más preciada, Internet. La conexión
permanente con el mismo momento en miles de sitio nos consume, nos tiene
esclavizados. Estamos encadenados y saturados por demasiados datos, demasiados
estímulos, la llamada Toxicoinformación.
En España, el 77% de la población es usuaria de Internet, es
decir, un total de 35758695 usuarios activos. Esta cifra se ha incrementado en
un 25% del año 2014 al 2015.
Sin embargo, ¿qué pasa con ese tanto por cierto
restante? Se abre una profunda brecha digital, donde aquellos que bien por edad,
(sobre todo las personas de una o dos generaciones anteriores) bien por falta
de ingresos o por su determinada situación social no pueden acceder a la Red quedan desplazados
del sistema.
Quizás resultaría conspiracionista afirmar que los Mercados (y los
políticos como marionetas directas de estos) aprovechan este abismo para sacar
a esos individuos de la ciudadanía, de la información. Porque sin información
en un mundo donde tener datos es más que clave te conviertes en un pelele de
trapo tirado en la cuneta. Y, además, no solo está el hecho de no poder acceder
a la información; sino que, aun teniendo la oportunidad de entrar en esa
autopista electrónica, se desconoce en muchos casos qué hacer con esa
información. No se entiende, está en un lenguaje para muchos desconocidos, lo
que nos hace retornar a la idea ya expuesta. Incluso, si queremos sacar más
punta a este iceberg, podemos decir que mucha gente hace un uso incorrecto o
insuficiente comparado con las infinitas técnicas que nos ofrece. Mas se podría
abrir aquí un fiero debate sobre esta cuestión que dejo abierto.
Por otro lado, los españoles abrazan a Facebook,
Twitter, Youtube y Google+ como padrinos acogedores en este mundo virtual.
Hablemos de estadísticas, que parecen ser más claras.
Según datos de iabspain.net de 2014, YouTube continúa siendo
la red social más valorada (8 sobre una escala de 10) –Auronplay, el de “Hola,
bebés” y otro montón de youtubers, enhorabuena, lo habéis conseguido-, seguida
de Spotify (7’9), Instagram (7’7) –el postureo os ha hecho fuertes. Venga, un
cupcake y un selfie para celebrarlo- y Facebook (7’6).
Las peor valoradas son Tuenti (5’1), Badoo (6’2) y Google +
(6’5). Todos hemos oído ya a propósito de Tuenti, que se va a cerrar la red
social con la que muchos adolescentes de nuestra quinta (1996) compartimos
fotografías de juventud y mensajes locos en plena edad del pavo. Más reciente
–y con la misma decadencia- esta Badoo, esa red social de contactos que
levantaba cotilleos en el bachillerato y risas en los recreos.
Además,
suben Spotify (de 7’7 a 7’9) y Flickr (de 6‘2 a 6’9), así como LinkedIn (de 6’8
a 7’1) e Instagram (de 7’2 a 7’7). LinkeldIn ha proliferado desde la crisis, y
se ha convertido en una red esencialmente profesional donde el coworking y el encuentro de nuevos
expertos son la nota dominante. Mientras Facebook (baja tres décimas) y Google+
(cuatro décimas menos). Algunos estudios de iabspain.net sostienen que los
hombres suelen emplear más Google+, y las páginas más buscadas tienen relación
con las telecomunicaciones y la tecnología (39%). Las mujeres, según revela
este estudio, buscan más sobre higiene, belleza (36%) y alimentación (34%).
¿Estamos corroborando los estereotipos de género?
Hagámonos
más preguntas, ¿para qué usamos las redes sociales? Respuesta obvia: para
socializar. Nos pasamos una media de cuatro horas en el ordenador y dos en el
móvil (diarias) actualizando nuestro perfil de Facebook, viendo qué hacen
nuestros contactos, respondiendo mensajes y publicando comentarios y estados profundos.
También vemos vídeos absurdos en Youtube o nos descargamos y escuchamos música
en Spotify, hacemos listas y las compartimos por Twitter y de paso hacemos tredingtopics con un montón de hastags. Aunque también hay que comentar
que cada individuo es como un inmenso Dumbo con antenas y receptor de noticias,
muchas de esas en 140 caracteres. Es una nueva forma de entender el periodismo,
uno donde el periodista ya no es ese profesional de la información que es
omnisciente de todo lo que pasa en el mundo. Deja de ser ese filtro de té
desgastado para pasar a analizar las causas y consecuencias de esas noticias
rellenas de hipervínculos.
No podemos
olvidar que uno de cada cuatro usuarios sigue a marcas y participa en concursos
con frecuencia y uno de cada cinco habla de compras. Amazon encabeza las
compras de internet, junto con Aliexpress (desbancar al gigante de Alibaba es
un reto difícil) y Ebay. Lo bueno de Amazon (momento SPAM) es su fiabilidad y
su estupendo servicio al cliente. ¡Todo se puede adquirir por el carrito
on-line! Lo cierto es que esto está revolucionando el mercado de las compras.
En
definitiva, las redes sociales nos han consumido en una vorágine de anuncios,
cookies, links azules, pestañas que se abren solas con ojos rojos y amarillos y
un sinfín de notificaciones que nos distraen y nos entretienen al mismo tiempo.
Debemos ser críticos con la información, debemos luchar contra lo falso y
romper esa telaraña enmarañada, la Web de esa colonia de arañas de símbolos
mundialmente conocidos. Debemos estar… Estamos…
¿Enredados?
Os recomiendo este vídeo con dibujos de Españistán, donde muestra en clave de humor y sátira, lo que son ahora las redes sociales y su origen: https://youtu.be/1yDlCSVEc6A
Para más información, se puede consultar en:
-Informe del VI Estudio de Redes Sociales, del
IAB Spain. Enero de 2015
-Digital, Social and Mobile worldwide, de We
are social. Enero de 2015
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